ARTE GRIEGO

1. Introducción. Los órdenes clásicos

El arte griego es producto de oleadas de pueblos indoeuropeos afincados en la Hélade, que sintetizaron sus aportaciones con la cultura local. Hacia el 1600 a.C. los aqueos fundan el imperio Micénico; y en torno al 1100 a.C., los dorios arruinan a los aqueos.

Posteriormente, este arte influirá en Roma y Bizancio, y será recuperado en el Renacimiento y Neoclasicismo. Pero no solo se produjo arte, los griegos sentaron las bases de la democracia y de la cultura europea.

La arquitectura se forjó a partir de los órdenes clásicos (conjunto de reglas fijas referidas a la escala, la forma y la decoración del edificio). En el s.VII se concretaron los órdenes dórico y jónico. El corintio surgió dos siglos después. 

El hombre era la medida de todas las cosas. La columna se componía de basa, fuste y capitel. El diámetro inferior del fuste constituía la unidad de medida para calcular todas las proporciones. La altura de las columnas y sus estrías variaban según el orden al que perteneciera. El capitel dulcifica la brusca transición entre la columna y el entablamento, y ofrece tipos distintos según el orden: el dórico posee un grueso ábaco; el jónico volutas; y el corintio asemeja un cesto de hojas de acanto

La decoración se centra en el friso que cabalga sobre el entablamento. El dórico es partido por metopas entre triglifos; jónico y corintio presentan un campo liso para desarrollar relieves.

La sobriedad viril del orden dórico se impuso en el Peloponeso y las colonias italianas. La esbeltez femenina del orden jónico apareció en Asia Menor. En el s. V se yuxtapusieron ambos órdenes en el Partenón (dórico en exterior y jónico en interior). El orden corintio tendrá su máxima expansión en el período helenístico.


2. El templo griego: el Partenón

En cuanto a su significación, el templo griego no es lugar de oración. El punto de vista del espectador tenía una significación fundamentalmente externa. En el s. VII a.C. surgen los primeros, su estructura es muy simple: consta de una sala rectangular o naos, que alberga la efigie divina, precedida de un pórtico delantero abierto o pronaos, y secundada en el extremo opuesto por otro pórtico cerrado llamado opistódomo. Se eleva sobre una plataforma de tres escalones (krepis), donde el peldaño superior (estilobato) aguanta el peso del edificio. Alrededor de la naos se habilitó un pasillo exterior o perístasis delimitado por columnas. La arquitectura es arquitrabada, y en época clásica el material fue el mármol, con una policromía final en tonos rojos y azules.

El Partenón es un templo octástilo (8 columnas en la fachada) anfipróstilo (2 entradas) y períptero (con pasillo exterior entre columnas). Se concibió en agradecimiento a la diosa Atenea, que les había conducido a la victoria sobre los persas y mostraba la prosperidad de la época.

Previamente, Pericles tuvo que vencer la oposición de la Asamblea. Este proyecto fue financiado por la Liga de Delos, el botín de campañas militares y la ayuda de ciudadanos libres (dinero y esclavos).

La planificación fue de los arquitectos Ictino y Calícrates, que emplearon exclusivamente mármol pentélico, y redujeron el ancho de las galerías para aumentar el tamaño de la naos. La supervisión general corrió por cuenta de Fidias, a quien también se confió la ornamentación y  la imagen titular de Atenea Parthenos, convirtiéndose en elementos pedagógicos sobre la historia de la diosa. En el 447 a.C. comenzaron las obras; que duraron 15 años. Además, se construyó evitando las aberraciones del ojo humano.

Los frontones

El oriental representa el nacimiento de la diosa Atenea surgiendo, madura y armada, de la cabeza de Zeus. La joven Niké está coronando a la diosa, mientras Hermes y Hefaisto, que han asistido al parto en calidad de cirujanos, corren despavoridos ante el extraño alumbramiento. . Todos los personajes son de idéntica escala, acomodándose con su postura a las pendientes del frontón triangular. Asimismo, las telas de los vestidos se pegan al cuerpo dejando traslucir la anatomía (técnica de paños mojados).    

En el frontón occidental se representa el certamen que se convocó en Olimpo para elegir patrono del Ática. Como finalistas del concurso: Poseidón (hizo brotar un manantial) y Atenea (disparó una jabalina que germinó un olivo). Los dioses y héroes locales, que asisten como jurados, no dudaron en votar a ésta última.

Centauromaquia
Las metopas

Son 92, colocadas en las fachadas menores (este y oeste) y en los flancos mayores (norte y sur). Ilustran 4 ciclos míticos en los que Atenea participó con resultados favorables: la Gigantomaquia, la Amazonomaquia, la Guerra de Troya y la Centauromaquia.




El friso de las Panateneas


Entrega del peplo para Atenea

Fidias plasmó en un friso las grandes fiestas griegas de las Parteneas. Todos los años, la ciudad subía en procesión a la Acrópolis para la ofrenda de ganado a Atenea, distribuyéndose luego la carne entre los asistentes. Eran las Panateneas menores. 

En las Mayores (cada 4 años), las doncellas entregaban a los sacerdotes un peplo que habían tejido para revestir a la diosa.



3.  La escultura griega

Doríforo, de Policleto
Apoxyómeno, de Lisipo
El principal problema que plantea la escultura griega es la falta de piezas originales. Tanto mármoles como bronces (los más usados) son escasos. En el trabajo del mármol también es muy importante la policromía. En la época clásica se lustran y pulen las superficies, para cubrirlas en cal y pintarlas encima. Ante estas carencias la plástica griega es conocida por copias de mármol del período romano, que los Césares y la aristocracia del Imperio ordenaron reproducir para decorar sus palacios, villas, y ciudades.

En la época clásica los griegos reprodujeron la realidad aplicando 3 conceptos a las estatuas: la armonía de proporciones (canon de 7 cabezas en el s.V y 8 en el s.IV), el principio de la diartrosis (acentuada división entre tronco y extremidades) y la postura del contrapposto (una pierna sostiene, la otra se flexiona).


Los grandes maestros del siglo V: Fidias y Policleto

Fidias 

Atenea Lemnia
Fue el primer imaginero del arte clásico occidental. Sus creaciones divinas ofrecen: hermosura de rostro, honesto ademán y gallarda postura. Transmitió al panteón olímpico el nous (Anaxágoras lo definió como espíritu). En su amplio catálogo destacan las tres imágenes de Atenea y el monumental Zeus de Olimpia. Ninguna se conserva, y son conocidas por copias y descripciones literarias.

La desafiante Atenea Promakhos se erigió hacia el año 460 a.C. en la Acrópolis para conmemorar la victoria sobre los persas Era una figura gigantesca de 15 m de altura con casco y lanza. La creciente humanización de los dioses hizo que se recurriese a agrandar sus proporciones para diferenciarlos de los humanos. En el 450 a.C., los atenienses que iban a colonizar la isla de Lemnos encargaron la Atenea Lemnia, que aparece en actitud pacífica, desprovista de armas y con el casco en la mano. La supervisión general del Partenón corrió por su cuenta, y también se le confió la ornamentación y la imagen titular de Atenea Parthenosun coloso d 12 m, labrada en marfil y oro (criselefantina), que presidía la naos del Partenón. Al concluir esta obra, Fidias es acusado de robar materiales destinados al Partenón, por lo que fue deportado. Se refugió en Olimpia, donde realizó el sereno y grave Zeus Olímpico, sentado en el trono y con una representación de la victoria en la mano.


Policleto

Diadúmeno
Fue el único escultor no ateniense del periodo clásico. Su ciudad natal fue probablemente Argos, especializada en el trabajo del bronce, lo que le permitió formarse en esa técnica. Era un especialista en atletas victoriosos, estatuas de tamaño natural, rostro ideal, impersonal. Escribió un tratado, el kanon, en el que fijó el canon 7 cabezas como ideal de belleza.

Policleto sintetizó todas sus ideas en el Doríforo, un joven en actitud de avanzar que porta la lanza en la mano izquierda, apoyándosela en el hombro. Fue fundida en bronce en el 440 a.C. y presenta los grandes logros de la escultura griega del s.V: canon de 7 cabezas, principio de diartrosis y ruptura de la ley de frontalidad mediante el contrapposto

La iconografía viril de Policleto se enriqueció con el Diadúmeno (430 a.C.) atleta captado en el momento en que se ciñe la cinta de los campeones atléticos.

Los grandes maestros del siglo IV: Praxíteles, Escopas y Lisipo

Durante los últimos años del s.V y principios del s.IV, desde el equilibrio clásico se avanza hacia el realismo, con la incorporación de temas tanto patéticos o crueles como íntimos o tiernos.

Tres nuevas tendencias iluminaron la plástica griega del s.IV: expresar las emociones líricas (charis praxiteliana), explotar el estado dramático (phatos escopásico), y la fusión que hace de ambas tendencias Lisipo acuñando un nuevo canon de belleza, inspirado en 8 cabezas.

Praxíteles nació en Atenas. Aprendió de su padre. Sus obras de juventud apuntaron a temas agradables, llenos de encanto, tratados con suavidad y reflejados a través del rítmico contoneo sinuoso que se ha dado en llamar curva praxiteliana. Su obra maestra (360 a.C.) es la sensual Afrodita saliendo del baño. Se trata del primer desnudo íntegro femenino del arte griego. La gracia y serenidad de esta Afrodita motivó que fuera muy solicitada por la clientela del mundo antiguo, reproduciéndose infinidad de copias y adaptaciones. El único original que se conserva de este autor es el Hermes con el niño Dionisos en brazos, que debió realizar en el 330 a.C. (se trataba de una ofrenda al templo de Hera en Olimpia) y constituye un compendio de su arte.


Frente a la simpatía de Praxíteles, Escopas ahonda en los estímulos patéticos dando origen a individuos atormentados e inflamados de pasión. Sus trabajos se desarrollaron en mármol. Representa a héroes trágicos y muestra predisposición por los irracionales y embriagados integrantes del cortejo dionisíaco. Su instintiva Ménade furiosa retratada en plena orgía, con un cabrito muerto sobre los hombros, muestra el pathos escopásico, que el artista conseguía al complementar el dinamismo del cuerpo con rostros de bocas anhelantes y ojos profundos.



Lisipo era broncista. Volvió nostálgico los ojos hacia el Doríforo y revisó el canon de belleza convirtiendo la cabeza en una octava parte de la escultura total del cuerpo humano. Los cronistas antiguos le atribuyen 1500 obras. Se trata de esculturas e imágenes de gran realismo e intensidad que se mueven en el espacio. La más celebre, conocida por una copia romana es el Hércules FarnesioLisipo fue el escultor predilecto de Alejandro Magno. A través de sus esculturas se abren las puertas al pleno helenismo. Además, esculpió el Diadúmeno, atleta que se retira el aceite y la arena con un estrígilo.



4. El período helenístico

El helenismo supone la universalización de la cultura griega que se une a un mundo diferente, el oriental, lo que hace que se produzca una nueva concepción de la vida y unos nuevos valores. En menos de 40 años, desde la aparición de Alejandro Magno en Grecia se dio un cambio radical en la concepción política, la interrelación económica y los profundos cambios en la sociedad.

La demanda artística en el mundo griego hasta este momento viene determinada por las polis y con una finalidad básicamente religiosa. Los clientes en la época helenística fueron personajes poderosos, monarcas, generales, cuyas voluntades individuales debían plasmarse a través del arte, donde se elegía el tema de lo real: los proyectos de los gobernantes y sus realizaciones. Los artistas, y en especial los escultores han de tener en cuenta cómo es la sociedad ya que es sin duda la principal cliente. 

En este periodo se producen grandes desplazamientos de gente a las grandes ciudades como Alejandría y Pérgamo, con lo que la mezcla cultural hacía difícil una comprensión común por parte del espectador. Los temas exóticos, las emociones violentas, los temas costumbristas, los sensuales… serán los propios de un periodo en el que el carácter heterogéneo de la sociedad llevaba a la elección de temas de fácil comprensión que no necesitaban mucho aleccionamiento cultural.

La etapa helenística supone un trabajo más de taller. La cara era obra del artista, pero la actuación de los ayudantes era preponderante, y permitían mayor cantidad de réplicas de obras originales. También les preocupa introducir un mayor colorismo y las combinaciones de mármoles blancos y de colores predominando las granulosidades distintas.

Las grandes creaciones pertenecen al campo de la escultura. En él se ofrecen soluciones satisfactorias en el orden técnico e iconográfico: las estatuas pierden el punto de vista frontal a favor de su visibilidad desde todos los ángulos. Se resuelve también el problema de la torsión del cuerpo, con figuras girando en espiral, y surgen grupos complejos integrados por varios personajes. Se cultivan las 3 edades de la vida. Los modelos pueden ser griegos o extranjeros, vestidos o desnudos, y triunfa la alegoría. Destacan 4 grandes escuelas:

Atenas: cultiva el retrato de los intelectuales. Paralelamente surge una escuela neoática, caracterizada por copiar y rejuvenecer los modelos clásicos d los s. V y IV.


Alejandría mostró temas cotidianos y alegóricos. Representó toda 1 galería d tipos populares en terracota, piedra o bronce y simultáneamente desarrolló en mármol, personificaciones d ideas abstractas: Alegoría del río Nilo.




Pérgamo se inclina por temas patéticos de sentimientos violentos. Sus obras más importantes fueron: la Gálata Ludovisi y el Altar consagrado a Zeus y Atenea.






Rodas toca temas dramáticos, profundizando en la emoción del sufrimiento y acentuando el dolor. Su creación más importante fue el Laoconte y sus hijos, realizada por los escultores Agesandro, Polydoro y Athenodoro para decorar la Domus Aurea de Nerón; y la Victoria de Samotracia. Esta escuela sigue la línea de Escopas.






























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